¿Cómo empiezo a escribir una novela?

Ya hemos afirmado anteriormente que cada proceso creativo es único de cada escritor y cada libro, y que no hay recetas mágicas a la hora de escribir una novela. 

Puede que en tu caso te sientas más a gusto como un jardinero, plantando la semilla de la historia y regándola, en espera de ver en qué se convierte. O bien, siguiendo con la terminología de George R. R. Martin, que creas que lo tuyo es más parecido a ser un arquitecto, diseñando de antemano todos los detalles de la casa que vas a construir antes de poner un solo ladrillo. 

“Creo que hay dos tipos de escritores: los arquitectos y los jardineros. Los arquitectos planean todo con anticipación, como un arquitecto que construye una casa. Saben cuántas habitaciones tendrá la casa, qué tipo de techo pondrán, por dónde pasarán los cables, qué tipo de plomería necesitará. Tienen todo diseñado antes de clavar la primera tabla. Los jardineros cavan un hoyo, dejan caer una semilla y la riegan. Saben qué semilla es: si plantaron una semilla de fantasía o de misterio o lo que sea. Pero a medida que la planta crece y la riegan, no saben cuántas ramas tendrá, se enteran a medida que crece. Y yo soy mucho más jardinero que arquitecto ”.

—George R. R. Martin

O puede, sencillamente, que tu método de escritura no encaje dentro de ninguna de estas etiquetas. Lo cierto es que solo tú puedes definirte, a medida que vayas conociéndote como escritor

Pero, sea como sea, si estás empezando y estás lleno de dudas, puede que te sea de ayuda algo de planificación previa antes de lanzarte a escribir sin rumbo.

Planifica tu novela

Seas jardinero o arquitecto, escritor de brújula o de mapa, necesitas una preparación básica de tu novela si quieres tener más probabilidades de sacarla adelante

Por muy atractiva y bohemia que sea la idea de embarcarte en una especie de road trip sin rumbo, cierta planificación previa de tu viaje puede suponer una importante mejoría en tu experiencia, sobre todo si nuestra intención es conseguir que el lector sea nuestro compañero de viaje. No hace falta que planifiques hasta el último minuto de tu ruta, pero sí que tengas claras de antemano algunas ideas que puedan orientar tu rumbo y tus decisiones. Por ejemplo, conocer la dirección a seguir y las paradas indispensables.

Si te poner a escribir sin más, guiado por las musas, será un buen ejercicio de escritura, incluso puede que de lo que escribas en esos momentos puedas extraer elementos muy valiosos para tu novela. Pero la escritura sin ninguna preparación previa puede acarrear muchas desventajas, entre ellas una mayor probabilidad de que abandones el proyecto sin llegar al final. 

planifica tu novela

Si te pones a escribir dejándote llevar por tus impulsos, sin ninguna idea básica de, al menos, dónde quieres llegar con tu historia, lo más probable es que acabes zarandeado, engullido por lo inesperado y a la deriva.

¿Cuáles son los beneficios de planificar tu novela?

  • Saber a dónde te diriges
  • No perder de vista las ideas importantes ni a los personajes
  • Prevenir inconsistencias en el primer borrador
  • Evitar quedarte atascado en mitad de la novela
  • Mantener un equilibrio en el ritmo 

A medida que vayas escribiendo y finalizando proyectos irás descubriendo la cantidad y el grado de preparación previa que tú como escritor necesitas llevar a cabo. 

¿Qué quiere decir, en la práctica, planificar? Que debes reflexionar previamente sobre algunos aspectos elementales de tu novela:

Opcionalmente, a estos elementos indispensables a la hora de diseñar tu ruta, les sumaría otro más: el contexto. Sobre todo sería importante comenzar a bosquejarlo en la fase de planificación si estás escribiendo una novela fantástica, de ciencia ficción o histórica, o cualquier otro género que consideres que la época y el escenario donde transcurre la historia es un ingrediente sumamente esencial.

Elementos básicos de la novela

Para empezar, tienes que saber que la novela moderna (y me refiero a la comercial) se podría definir como:

 un relato de cosas que les pasan a unos personajes y cómo estos reaccionan ante ellas.

Seguro que hay millones de definiciones mejores, pero esta me interesa especialmente para señalar los componentes que me parecen esenciales a la hora de diseñar nuestra historia.

Por un lado, es un RELATO, es decir, que hay alguien (NARRADOR) que nos cuenta esa historia. 

En la historia pasan cosas (ACCIÓN).  Lo que pasa en la historia se llama la TRAMA, que viene a ser una selección de los hechos relevantes del argumento, pero contados no de forma lineal, sino mostrando su causalidad. Es importante que estas “cosas” estén conectadas entre sí mediante una relación de causa-efecto.

Las situaciones motivan una REACCIÓN de los PERSONAJES implicados, que normalmente consiste en acciones para satisfacer  determinada necesidad o deseo. Es decir, las reacciones de los personajes siempre tienen un propósito en la trama. 

Todo esto sucede en un tiempo y, al menos, un lugar, con lo que podemos sumar los ingredientes del ESCENARIO y la TEMPORALIDAD a los anteriores.

Es importante que conozcas estos conceptos y los domines, si no lo habías hecho ya, porque en la mayoría de guías, talleres, manuales, etc. utilizan más o menos esta terminología.

Ahora que ya sabemos las piezas más importantes de una novela, vamos a pensar en ella y averiguar cómo encajan en la historia que queremos contar. Da igual el orden: a veces surge primero la necesidad de conocer muy bien a los personajes que pulularán por nuestro relato y después de eso reflexionaremos sobre sus acciones y elegiremos un tipo de narrador que se ajuste a lo que necesitamos. Otras veces será la trama lo que tendremos muy claro, y en otras ocasiones será el escenario lo que nos inspire para crear el resto de elementos. 

¿Sigues sin tenerlo claro?

Mi consejo, sobre todo si estás empezando, es que vayas perfilando la premisa de la obra.

la premisa de la novela

La premisa de la novela

Si dudas sobre por dónde empezar a escribir, te recomiendo que primero trabajes la premisa argumental de tu historia. La premisa es el concepto fundamental de tu novela. Lo bueno de reflexionar primero sobre la premisa es que esta conecta a los personajes y sus acciones con el contexto en el que se va a desarrollar la historia, por lo que empezar a tener clara la premisa supone dar un gran paso que nos servirá para después ir tirando de otros hilos hasta tejer el resto de elementos.

Sobre el concepto de «premisa» no hay un criterio unificado para definirlo, y verás que diferentes autores le dan diferentes significados. Aquí, cuando hablemos de la premisa, nos referiremos a la premisa argumental, la que contiene la semilla de la novela. Sería algo así como responder a la pregunta

¿De qué va tu historia?

Lo que respondas a esta pregunta constituye la premisa de tu novela. En la premisa se condensa toda la información esencial de tu novela de forma más breve que una sinopsis y más concreta que una idea. 

Debes ponerla por escrito. La premisa debe ocupar como mucho una frase y estar incluida la información esencial relativa a:

  • La acción principal: ¿de qué trata la historia?
  • Los personajes principales: ¿quién es el personaje principal y qué quiere?
  • El conflicto principal: ¿qué le impide obtener lo que desea? ¿Qué pasará si no lo consigue?
  • El tono y el género: ¿es una comedia? ¿Es intimista? ¿Una novela de suspense? ¿De aventuras?
  • Época/escenario

Por ejemplo: 

Una mujer descubre que está enamorada de su mejor amigo el día en que este le anuncia que va a casarse con otra mujer y solo dispone de tres días para impedir la boda.

Un profesor cuarentón se siente obsesivamente atraído por la hija prepúber de su casera y decide casarse con ella para estar cerca de su hijastra.

Un niño huérfano descubre al cumplir 10 años que es un importante mago y que debe ir a estudiar a la escuela de magia a la que asistieron sus padres porque es el único que puede detener a un mago Oscuro .

Está chupado, ¿verdad? Pues el siguiente paso que te recomiendo es centrarte en tus personajes.

Define a tus personajes

Hemos dicho que la novela viene a ser un relato de cosas que les pasan a unos personajes y cómo estos reaccionan a aquellas. Los personajes son el corazón de la novela, y son los implicados directamente en la acción. Los personajes de la novela reaccionan a las cosas que les pasan y actúan movidos por sus intereres: tienen sus propios deseos y necesidades

Antes de lanzarte a escribir sería bueno que conocieses a los personajes principales de tu novela. No sólo la edad y el color de ojos, sino lo más importante: cuál es su objetivo, por qué y por qué no pueden alcanzarlo.

personajes de la novela

Piensa en los personajes como el verdadero motor de tu historia. Cada decisión del personaje ha de hacerle avanzar hacia el final. Estas son las preguntas que debemos hacernos mientras reflexionamos sobre los personajes de nuestra novela:

  • ¿Quién es este personaje?
  • ¿Qué es lo que quiere conseguir?
  • ¿Por qué
  • ¿Por qué no puede conseguirlo, qué se lo impide?

Quizá parece sencillo. Es probable que creas que vas a invertir más tiempo en elegir el nombre de tu personaje que en contestar estas preguntas. Pero te aseguro que estas son las cuestiones que importan a la hora de decidir cómo crear a los personajes de tu novela.

Para saber más sobre la configuración de personajes puedes visitar el post >> Creación de personajes.

Elige el narrador más adecuado y su punto de vista

Una vez ya te has metido en materia conociendo a tus personajes es el momento ideal para decidir otro aspecto importante: la narración. No puede existir una novela sin narrador. Deberás decidir qué tipo de narrador es el más apropiado para la historia que quieres contar y desde cuántos puntos de vista vas a hacerlo.

No hay nada peor que llevar escrita más de la mitad de una novela y darse cuenta de pronto que nos hemos equivocado en la elección del narrador.

Sobre el tipo de narradores que puedes utilizar puedes encontrar más información en el post >> El narrador.

Si es tu primera novela o no tienes muy claro qué tipo de narrador necesita tu texto, te recomiendo que limites las opciones disponibles a dos: el narrador en primera persona y el narrador en tercera persona focalizado internamente:

Narrador en primera persona: es cuando el narrador es uno (o varios) de los personajes de tu novela. Cuenta en primera persona los hechos que conoce desde su punto de vista.

Narrador en tercera persona focalizado internamente: es un narrador externo (una «voz» que no se corresponde con ninguno de tus personajes) cuyo punto de vista está limitado a la subjetividad de uno (o varios) personajes. Cuenta los hechos como si «mirara» a través de los ojos del personaje. 

Estos son los dos tipos de narradores que más se utilizan en la narrativa moderna, y seguramente los que te resulten más cómodos a la hora de narrar. Dependiendo del tipo de historia que vayas a contar (la premisa) uno u otro encajará mejor en tus planes.

Un paso más allá: el esquema estructural

Ya tienes una idea bastante clara de la premisa de tu novela, has creado el elenco de personajes principales y has decidido qué narrador es el más adecuado.

Solo con esto estás más preparado para aventurarte a escribir, plantar una semilla y ver qué crece de ahí y cuáles son las posibilidades de tu historia.

Sin embargo, si es tu primera novela o todavía no lo tienes muy claro, te recomiendo que pruebes a ir un paso más allá y dediques algún tiempo a trazar el esquema estructural de tu novela.

El esquema desarrolla y concreta la premisa, de principio a fin. Es como un mapa o una guía de puntos que debe atravesar la historia y los personajes para llegar al final que has planeado. 

Existen muchos modelos diferentes que cada escritor puede adaptar a sus necesidades y las de su historia. En nuestra tradición de novela occidental, la estructura básica es la aristotélica de tres actos:

  1. Planteamiento (presentación de los personajes y su conflicto)
  2. Nudo (desarrollo de ese conflicto)
  3. Desenlace (resolución del conflicto)

Da igual cómo lo hagas, lo que importa es saber desde qué punto de arranque salen tus personajes (llamémosle «punto A») y a qué punto tienen que llegar al final (punto Z). El cómo llegan de uno a otro dependerá de las decisiones que vayan tomando tus personajes y las consecuencias de sus actos. Aunque este es un aspecto que se puede ir explorando y «descubriendo» a medida que se escribe la novela, para ahorrarte futuros bloqueos conviene tener algunas ideas de cómo podrían ser los puntos intermedios (B, C, D…) que guíen a los personajes hacia su desenlace.

Si quieres saber más sobre las estructuras narrativas que puedes utilizar para tu novela te recomiendo que leas el post sobre la estructura narrativa básica de tres actos y el post sobre la estructura del viaje del héroe.

Si le has pillado el punto a eso de planificar, puedes dar otro paso y crear una escaleta para tu historia. La escaleta va más allá del esquema estructural, ya que lo concreta en escenas.

Es una herramienta tomada prestada de nuestros compañeros guionistas que facilita el trabajo de composición de cualquier historia (ya sea visual o literaria), porque nos ayuda a ver de casi un vistazo la estructura argumental de la novela.

Esto nos facilita el trabajo creativo al poder prevenir posibles errores en el primer borrador: saber si hemos perdido a algún personaje por el camino, si todas las pistas están bien situadas, detectar los agujeros negros de la trama y los actos sobrecargados, si están bien colocados los giros…

Después de haber llegado hasta aquí es el momento de ponerse a escribir

Dependiendo del tipo de novela que estés escribiendo (romántica, fantástica, suspense, histórica…) necesitarás quizá todavía algo más de preparación previa, por ejemplo, para crear el escenario de la historia (worldbuilding) o para documentarte sobre algún aspecto esencial de la trama. Pero no conviertas el exceso de planificación previa en una excusa para posponer la escritura. 

Para evitar procrastinar la escritura de tu novela hay un truco infalible: ponerse a escribir. Incluso si todavía no tienes del todo claro a este o aquel personaje, o no sabes cómo llevar al protagonista del punto H al punto J… lo mejor, en la mayor parte de las situaciones, es que te enfrentes a ello sobre el papel.

Porque a escribir se aprende fundamentalmente escribiendo. Y solo cuando logres tener el primer borrador acabado podrás avanzar a la siguiente casilla importante del juego: la corrección.

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